Ya es conocido que la Congregación para la Doctrina de la Fe, sólo entregó una Notificatio al P. Jon Sobrino en que expresa algunas “inexactitudes” en sus escritos cristológicos. No hubo tal condena anunciada a la prensa por el Arzobispo de San Salvador y militante del Opus Dei.
Ahora, no pocos expertos vaticanos tienen varias preguntas que se hace el mundo religioso y laico sobre esta condena anunciada que no fue. Existen varias hipótesis para entender este giro de último minuto por parte del Vaticano que, desde hace años, persigue y reprime a los pensadores y exponentes mayores de la Teología de la Liberación que surgió y sobrevive martirialmente en América Latina y el Caribe.
Lo primero; Benedicto XVI no se atrevió a firmar una “condena” contra el P. Sobrino teniendo ad portas la inauguración de la Conferencia del Celam en el Santuario de Aparecida en Brasil. También se comenta en Roma que el Papa, después de la conversación con su amigo Hans Kung en Castelgandolfo, habría reconocido que durante su papado se optaría –según cada circunstancia- más por el diálogo con los teólogos progresistas que por la condena a priori.
Lo segundo; es que en la Santa Sede han emergido voces de peso críticas al excesivo protagonismo de los sectores más conservadores de la Iglesia en desmedro de Congregaciones centenarias que han asumido variados preceptos teológicos y pastorales en plena sintonía con los postulados del Concilio Vaticano II. Basta recordar opiniones precisas al respecto de los cardenales Martini, Etchegaray y Danneels, además de varios obispos norteamericanos y europeos. El Papa ya ha realizado algunos importantes cambios en este sentido.
Tercero; varios cardenales de la Curia no están de acuerdo con muchos de los escritos y comentarios al Documento preparatorio de la Conferencia de Aparecida. No sólo Alfonso López Trujillo hoy por hoy lucha por desacreditar textos como: A la Espera de una Asamblea y un Documento “con Espíritu” de Jon Sobrino, “Discípulos” de José Comblin, etc. Es toda una estructura instalada desde años que quiere ver destruida a la Teología de la Liberación. Y, con espanto ven que esa línea de pensamiento y praxis de una u otra forma estará presente en la V Conferencia del Celam. Por eso intentaron reprimir ahora y producir una especie de temor entre los obispos que participarán en Aparecida. Esto es un secreto a voces tanto en ambientes vaticanos como en casi todas las Nunciaturas del Continente.
Finalmente, recordemos lo que decía el mártir Ignacio Ellacuría sobre la producción teológica de Sobrino: “casi nadie se ha atrevido a negar la eficacia transformadora de su labor teológica, hecha de cara a los pobres y perseguidos y con la intención de que los desposeídos lleguen a tener vida y vida en abundancia…Jon Sobrino ha podido hacer esto porque vive y hace lo que piensa y, a su vez, piensa lo que vive y lo que hace el pueblo de Dios, que apenas tiene figura de hombre ni de pueblo, porque ha sido asaltado a la vuelta del camino por los poderosos de este mundo…” (ST/1982).
Jaime Escobar M.
Editor revista “Reflexión y Liberación” / Chile.
lunes, marzo 19, 2007
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